De todas las plantas medicinales y productivas la ortiga destaca por ser un arbusto que ofrece al consumidor una significativa experiencia multisensorial. Generalmente, sus hojas están caracterizadas por la presencia de un proliferante sistema de pelos urticantes que funcionan para el arbusto como un destacado mecanismo de defensa natural.

Cuando entran en contacto con la piel o con cualquier objeto, estos pelos urticantes liberan una sustancia integrada por compuestos alcalinos que irritan e inflaman la epidermis del organismo receptor. Científicamente, se denomina bajo el nombre de urtica, perteneciendo así a la familia de las urticáceas y al orden de los rosales. En diversas partes de América Latina a este arbusto se le conoce más propiamente con el nombre de pringamoza.

Origen

Su origen está datado desde la mismísima antigüedad, a nivel general de esta planta se distinguen dos importantes subespecies. La primera es la Urtica dioica u Ortiga Mayor que es la modalidad más conocida a nivel mundial. El potente grado de irritación que es capaz de causar proviene de su aleación compuesta por moléculas de acetilcolina que aceleran los procesos se sensibilidad neuronal.

Seguidamente, se encuentra la Urtica urens u Ortiga menor, la cual posee una altura máxima de 60 centímetros y crece siempre de forma periférica a su variante mayor. Se reconoce por tener un nivel de toxicidad más elevado y muy poco o casi ningún efecto medicinal.

Propiedades medicinales

El amplio estudio y uso de la Ortiga ha dado cuenta de sus potentes y variadas propiedades medicinales a lo largo de la historia. En primer lugar, se conoce que se trata de una importante fuente de energía a nivel alimentario. Por consiguiente, permite proteger al estómago de posibles afecciones como estreñimiento.

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Este proceso se ve reforzado por su alta concentración en fibra que estimula y activa los procesos de movilidad intestinal. A todo esto hay que sumarle su alta concentración en hierro, un hecho que promueve la producción de glóbulos rojos en la sangre. Esto la convierte en un medio eficaz para combatir todo tipo de anemias.

Formas de uso o consumo

A pesar de su actual reputación como una «hierba mala» este tipo de arbusto no ha pasado desapercibido gracias a su extenso campo de aplicaciones.

En primer lugar, esta planta posee un potencial gastronómico innegable, pues se conoce que posee un potencial calórico como pocos arbustos suelen poseer. Por cada 100 gramos de contenido existe un total de 309 calorías con un bajo aporte de grasa e hidratos de carbono.

En base a todo ello, se incluye en recetas pertenecientes a platillos como ensaladas. Generalmente su utilización para el consumo debe realizarse tras una requerida recolección en la etapa de verano, época en la cual presenta un importante número de flores amarillas.

A la Ortiga también le es posible prepararla en modo de infusión, requiriendo para ello un proceso de hervido junto a las hojas de espinaca. Un hecho que neutraliza en gran medida su característico potencial de toxicidad.

Por otra parte, esta planta posee una alta concentración de ácido fólico. Esto último favorece que a la hora de su preparación como infusión le permita ser un importante apoyo para la salud de la mujer en etapa de gestación, o bien en el desarrollo de niños de edad inicial.

 

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