Esta hermosa planta vivaz e imponente se encuentra comúnmente en Asia, toda Europa, América del Norte hasta la región ártica, alcanzando hasta los 2500 metros de altitud. Crece con mayor facilidad en terrenos arenosos o en lugares húmedos.

Cuenta con un rizoma rastrero (tallo subterráneo) del que brotan raíces secundarias. Su proceso de crecimiento se da durante el transcurso del año en dos épocas diferentes.

La primera es durante los meses de marzo y abril, cuando desarrolla sus tallos fértiles de unos 20 cm de altura de color marrón rojizo o amarillo y con hojas marrones. En sus puntas aparecen esporangios, estructura que suelta esporas verdosas.

La segunda es de mayo a junio cuando crecen sus tallos estériles de color verde con muchas ramificaciones que alcanzan de 10 a 14 cm. de altura. La mejor forma de reconocer los tallos estériles es identificar su superficie rugosa formada por la presencia de ácido silícico cristalizado o en solución.

Origen de la Cola de Caballo

Durante la era paleozoica hace más de 400 millones de años, la Cola de caballo formaba bosques enteros. De hecho, es una de las plantas más antiguas del planeta.

Su nombre botánico es “equisetum”, término que proviene de la combinación de “equus” caballo y “sacta” cerda. Todo debido a que sus tallos son tan duros como las cerdas de estos animales. El “arvensis” procede del nombre de la variedad que significa «campo», relacionado con el hábitat de la planta. Hace parte de la familia de las equisetáceas.

Propiedades medicinales

En la antigüedad era muy utilizada la ceniza de cola de caballo para limpiar y darle brillo a las vajillas de peltre, todo gracias a su fuerte contenido de ácido silícico. Sin embargo, tiempo después este mismo componente le valió para que fuera usada en tratamientos de la medicina popular.

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Dioscórides, médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia, la calificó como una planta diurética, también útil para tratar la tos y las hemorragias internas.

Al ser remineralizante contribuye a mejorar el estado de salud en general, los dientes, las uñas, el cabello, los huesos y para lograr un mejor control de sí mismos de las personas nerviosas.

En general las partes de la cola de caballo que crecen por encima de la tierra son utilizadas para elaborar medicinas.

Usualmente se utiliza para combatir la retención de líquidos, la incontinencia urinaria, las infecciones urinarias y heridas. También ayuda a combatir la diabetes, hipertensión, arteriosclerosis y la albuminuria (enfermedad renal), la diabetes, la hipertensión y la arteriosclerosis.

A lo largo de la historia se ha utilizado para tratar hemorragias, vómitos sangrantes y afecciones pulmonares, bronquiales y tuberculosis pulmonar.

Formas de uso o consumo

Los laboratorios que procesan la planta utilizan para su producción los tallos estériles de la cola de caballo silvestre. Suelen recogerlos entre mayo y junio, justo en el momento en que el silicio aún es asimilable. Luego de recoger los tallos se procede a triturarlos de inmediato para ser macerados en alcohol puro para la extracción de la tintura madre.

También se utiliza para la elaboración de champú y cosméticos.

 

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