Dentro del mundo de la medicina natural, la Caléndula se ha convertido en todo un símbolo clásico debido a su amplio rango de utilidades. Catalogada científicamente bajo el nombre de Calendula officinalis su principal fuente de beneficios es su misma flor. Físicamente, posee una altura total de entre 50 a 70 centímetros y se caracteriza por su capacidad para crecer en áreas próximas a los centros urbanos. Se identifica por tener una flor de un color amarillo potente, usada en la antigüedad para colorear todo tipo de telas, dada su innegable presencia en los mercados del antiguo oriente medio.
Origen de la Caléndula
Predominantemente, se trata de una especie del género de plantas del mediterráneo. Su forma de cultivo y propagación se basa en la sombra parcial. Generalmente, las semillas tienen la capacidad de sembrarse en cajones de vivero. Su época de florecimiento suele ser el verano y generalmente requiere el control de su reproducción espontánea. Esto último le permite evitar convertirse en una especie invasora.
Propiedades medicinales
Sus propiedades medicinales la convierten en un excelente tratamiento para problemas como daños en la epidermis, entre los que se incluyen las quemaduras, golpes y heridas en proceso de cicatrización.
Por otra parte, la Caléndula evita que las pieles bajo tales efectos reaccionen de forma desfavorable ante sus compuestos. Esto ha hecho que desde el punto de vista comercial sea un producto común para la preparación de jabones y ungüentos. Para su aprovechamiento casero, se recomienda germinar en viveros y trasplantar tras la consecuente reducción de espacios.
Como contraindicaciones de esta planta, está directamente desaconsejada durante los periodos de embarazo y lactancia. De igual modo, para su uso dentro de tratamientos para la piel, es importante que el usuario no posea sensibilidad contra las asteráceas. Esto debido a la alta presencia de tales componentes dentro de su constitución, que la convierten en una potencial fuente de alergias.
Formas de uso o consumo
De amplio uso resulta dicha planta en su modalidad de infusión. Esta es la forma de líquido medicinal para consumo y bebida directa. En gran medida, se utiliza para el control y mitigación de diversas clases de desórdenes digestivos. Por otra parte, su uso en infusión también se recomienda para el lavado y duchas vaginales. Seguidamente, también es posible su preparación en forma de pasta o ungüento. Esta última se constituye de forma pastosa o en crema suave. Es a través de esta modalidad, que resulta posible ser aplicada sobre la piel para el tratamiento de afecciones. Generalmente, esto lo logra tras servir como estimulante del proceso de regeneración celular.
La caléndula tiene también otros modos de consumo de gran particularidad. Entre estas se encuentra el aceite macerado. Esta solución líquida la permite ser una excelente alternativa para el tratamiento de conductos capilares rotos, obstruidos o bien para las hemorroides avanzadas. También, en la misma línea esta planta es propicia para su uso en tintura en una proporción de 2 a 5 mililitros. Esto le permite combatir problemas menstruales y de forma indistinta a su duración e intensidad.
